(Febrero 2023)
La clave para salir de la distopía en la que está sumida la humanidad y del vacío existencial que padece el ser humano actual, no puede ser otra que la espiritualidad. Este es mi sentir y en este post te lo cuento.
En primer lugar, es importante dejar claro que la espiritualidad de la que hablo aquí no tiene nada que ver con ninguna religión institucionalizada. Muy al contrario, la espiritualidad bien entendida es esa parte de la existencia relacionada con lo trascendente, lo esencial y lo imperecedero que hay en el ser humano, no entiende de dogmas, es libre y universal.
En la sociedad se ha ido “matando” esa parte esencial de nuestro ser, aunque en el fondo, todos en mayor o menor medida, intuimos la existencia de ese “algo más” que tiene que ser la vida. Más allá de nacer, crecer, emparejarnos, procrear, consumir, trabajar, envejecer y morir, no se nos alienta en ningún momento de nuestro crecimiento a plantearnos siquiera a qué hemos venido, cual es el propósito de estar aquí o qué sentido tiene nuestra vida. Bien al contrario, todo esto se ningunea y se deja en un “muy segundo plano”.
Si bien es cierto que cada vez un mayor número de personas empieza a darse cuenta de este sinsentido y se deja guiar por esa llamada interior, lo cierto es que a la mayoría les falta compromiso para encaminarse por ese sendero de evolución consciente. El mundo nos absorbe con sus obligaciones impuestas y sus necesidades artificiales y parece que la vida nos tiene que apretar fuertemente hasta alcanzar altas dosis de sufrimiento para que empecemos a invertir nuestra mirada hacia el interior. No en vano, la vida humana ha entrado en altos niveles de ansiedad, estrés, depresión, adicciones y alteraciones de todo tipo, que no son más que el reflejo de ese vacío existencial.
Parece ser que a nivel global estamos alcanzando esa “alta dosis de sufrimiento” que inconscientemente hemos normalizado, viviendo vidas marcadas por la desidia, la superficialidad y una mente programada que funciona en automático, mermando así cualquier atisbo de autenticidad y plenitud. Puede que pienses que exagero, si te lo parece, tan solo te pido que observes lo que ves a tu alrededor y sientas si es eso lo que resuena con lo que late en tu corazón.
Llegados a este punto, no nos queda más opción que pararnos un momento en nuestras ajetreadas y absorbentes vidas y escuchar esa voz interior que, si bien es débil al principio, a medida que te decides a escucharla se va haciendo cada vez más fuerte, clara y contundente. Y así comienza un proceso personal e individual donde nos vamos encontrando con la verdad, el amor y la belleza que habitan en nuestro interior, a la vez que nos vamos confrontando con toda la oscuridad que albergábamos en el sótano de nuestro inconsciente.
Y éste es el verdadero trabajo interior a realizar en nuestros días, y he aquí la esencia de esa espiritualidad de la que hablo, un reencuentro íntimo con lo profundo, lo sagrado y lo esencial que hay en cada uno de nosotros.
De todas las prácticas espirituales, hay una que ha sobrevivido a lo largo de los siglos y que ha perdurado hasta el día de hoy. Forma parte de toda tradición espiritual y de la llamada filosofía perenne. Estoy hablando de la Meditación, esa gran aliada en cualquier trabajo interior de autoconocimiento y de expansión de nuestro Ser.
La meditación nos conecta a nuestra verdadera naturaleza esencial y de sobra son conocidos sus múltiples beneficios tanto a nivel fisiológico, psicológico y existencial. En otros posts que he publicado en mi web puedes leer mucho más sobre la meditación y sus beneficios. Hoy en realidad lo que pretendo transmitir es la imperiosa necesidad de llevar su práctica a nuestra vida diaria, de convertirlo en un hábito diario como cualquier otro que tengamos, de entender que la meditación no debe ser un deber ni una obligación, en realidad, meditar es un gran acto de amor y de responsabilidad, donde te estás priorizando a ti, donde estás eligiendo integrar en tu vida algo que será tan beneficioso, que pocas cosas te aportarán tanto, y donde finalmente no solo saldrás beneficiado tú, sino todo tu entorno y más allá, el resto del mundo.
Si bien la meditación es básicamente un encuentro silencioso con tu propio Ser a través de la auto observación, es cierto que las meditaciones guiadas son de gran ayuda para integrar la práctica, guiarnos, equilibrarnos, elevar nuestra energía, interiorizar nuevos conceptos y fortalecernos espiritualmente. Lo más aconsejable es una combinación de ambas, la meditación en silencio y las meditaciones guiadas.
Te propongo que, si aún no lo has hecho, visites mi canal de meditaciones guiadas donde podrás encontrar una gran variedad de prácticas meditativas, algunas están más destinadas a la conexión espiritual y otras están más relacionadas con el desarrollo personal. Pero todas ellas están encaminadas al mismo fin, que es integrar la práctica meditativa, así como aumentar el bienestar y reducir el sufrimiento. Cada audio se convierte así en un complemento perfecto para cualquier trabajo de crecimiento interior.
Encontrarás una gran selección de meditaciones totalmente gratuitas. Y también puedes apoyar mi trabajo y profundizar en la práctica meditativa acogiéndote a una membresía mensual con la que tendrás acceso a una meditación nueva cada semana totalmente original y a un gran banco de meditaciones exclusivas.
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