El origen del Mindfulness se encuentra en el budismo, hace más de 2.500 años, aunque es importante señalar que su práctica está desprovista de cualquier dogma, religión o ideología.
La palabra Mindfulness es una palabra de origen anglosajón cuya traducción al castellano no es exacta, la más aproximada y utilizada es “atención plena”.
Mindfulness es la práctica de la atención plena en el momento presente, aquietando el mundo mental y facilitando el acceso a niveles profundos de consciencia.
“¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¿Cómo lo llevas? ¿Cómo te va la vida?”. Preguntas aparentemente sencillas, que nos son formuladas y que formulamos con frecuencia, a las que respondemos automática y apresuradamente con un: «Bien, gracias. ¿Y a ti?»; o con un: «Ahí voy… tirando».
¿Bien? Sinceramente, ¿nos va bien? Tirando. ¿Tirando de qué? ¿De qué tiramos? ¿Tiramos de nuestra vida? Ahí voy…, pero, ¿hacia dónde vamos?
¿Quién no tiene la sensación de que, en general, parece que, hacemos del vivir un gran esfuerzo? ¿No parece como si el vivir se hubiese convertido en una continua lucha? ¿En una carrera de obstáculos? ¿En una pesada carga?
¿Vivimos de un modo pleno, o por el contrario, lo que predomina en nuestra vida, es cierta sensación de insatisfacción vital, de que nos falta algo, de que algo va mal? ¿No está marcada esta sensación por el anhelo, el deseo, el miedo y la preocupación constante? ¿No está condicionada por el llegar a ser, llegar a tener, llegar a…?
Lo cierto es que demasiado frecuentemente nuestra cotidianidad nos lleva a funcionar con el piloto automático, a vivir con un grado importante de inconsciencia, a experimentar lo que nos acontece simplemente para librarnos de ello y que llegue lo siguiente, lo que nos convierte en seres precipitados hacia la muerte al perdernos la vida. La alternativa es ser conscientes de cada cosa que hacemos en el momento en el que la estamos haciendo.
Como seres humanos podemos aprender a sumergirnos en nuestra totalidad, a no limitar la experiencia de la vida a nuestros hábitos de pensamiento y a los continuos desplazamientos de la atención del pasado al futuro. Tenemos la capacidad de desarrollar una nueva mirada que nos permite reencontrarnos con quien realmente somos, no con quien creemos ser, que nos ayuda a acoger en vez de rechazar los altibajos de la vida, a reconciliarnos con nuestra condición de mortales y a ahondar en nuestra capacidad de amar. Basta con introducir en nuestra vida cotidiana un pequeño cambio que genera efectos enormes: el compromiso y el empeño de vivir desde la consciencia en vez de seguir sobreviviendo desde la desatención.
Mindfulness es un modo de vida transformador y no una mera práctica. La atención plena conduce a estar profundamente presentes en la vida desde una dimensión de la conciencia que acoge y recibe toda la experiencia que acontece tal y como se presenta.La atención plena es el camino, y los pasos consisten en la práctica constante y comprometida de determinados ejercicios. Cada ejercicio se convierte en una invitación, una oportunidad, una llamada a detenerse y prestar atención a ti mismo y a tu vida. Descubrirás un espacio interior de calma y tu enorme potencial para vivir una vida mucho más saludable y plena, independientemente de las circunstancias externas. Pero tienes que tener en cuenta que a la vez que es un regalo que puedes hacerte, también exige compromiso, llevamos mucha vida en desatención. No basta con entender o saber, se trata de experimentar.
